La nutrición de la mujer embarazada
Por: Elijú Patiño S. - Fundación Bengoa
La mujer ha cumplido a través de la historia de la humanidad
la función fisiológica de la maternidad y una función cultural orientada al
cuidado de sus hijos. A partir de la mitad del siglo XX, se han operado grandes
cambios socioculturales y económicos que han favorecido la incorporación de la
mujer al mercado laboral, social, político y económico, sin abandonar su papel
singular de la maternidad.
El Banco Mundial ha señalado que invertir en proteger a la
mujer entre los 14 y 50 años, ofrece los mejores retornos en salud,
socioeconómico, productivo y demográfico, con evidentes beneficios para la
familia, comunidad y economía mundial.
La mujer debe mantener un buen estado de nutrición y salud,
que es fundamental, cuando piensa quedar embarazada. El estado nutricional de
la madre antes del embarazo, tiene un impacto mayor en el peso del niño al
nacer, que el incremento de peso durante el embarazo.
El déficit nutricional severo, antes y durante el embarazo,
puede ser causa de infertilidad, aborto espontaneo, parto prematuro,
malformaciones congénitas, menor peso de nacimiento y mayor probabilidad del
niño, de enfermarse y morir en el momento de nacer o en los primeros días
después del nacimiento. Mientras que la obesidad materna, se asocia a un mayor
riesgo de hipertensión arterial, diabetes gestacional, cesárea y fórceps,
debido a recién nacidos muy grandes.
Estas consecuencias negativas, se incrementan si el embarazo
se presenta en adolescentes. La edad media de la menarquía o primera
menstruación actualmente se sitúa entre los 12 y 13 años. En las adolescentes,
el crecimiento continúa durante 4 años más, aunque a un ritmo más lento que en
la etapa prepuberal. Durante la pubertad, las adolescentes, aún son
biológicamente y funcionalmente inmaduras para quedar embarazadas.
Una nutrición adecuada agiliza la recuperación de la madre
después del parto. Las complicaciones en el embarazo como la toxemia (eclampsia
y pre eclampsia), el parto prematuro y la anemia, pueden originarse de una
dieta insuficiente e inadecuada.
Durante el embarazo se debe tener cuidado especial en
escoger los alimentos para consumir la calidad y cantidad que realmente se
necesita, sin comer el doble como se acostumbra. No se necesitan dietas
especiales, dietas restrictivas, ni eliminar el consumo de algunos alimentos
por creencias o tabúes equivocados; al menos que exista alguna contraindicación
médica o nutricional. En la práctica cotidiana muchas mujeres en edad fértil
tiene un bajo consumo de lácteos, verduras y frutas, por lo cual debe haber una
preocupación especial por cubrir las recomendaciones de estos alimentos. El
cambio en la dieta debe por lo tanto ser más cualitativo, que cuantitativo.
El éxito del embarazo y del parto, está muy relacionado con
los cuidados y la alimentación que tenga la madre. Estas recomendaciones
nutricionales te pueden ayudar.
Mantenga una alimentación variada y equilibrada, ella
proveerá la energía y nutrientes necesarios para la salud materna y el
desarrollo y crecimiento del bebé.
Incluye en tu menú alimentos de todos los grupos: granos,
cereales, tubérculos y plátanos; hortalizas y frutas; leche, carnes y huevos;
grasas y aceites y azúcares (azúcar blanca, papelón, miel) este último grupo
consúmelo con moderación.
Procure beber ocho vasos de agua o dos litros al día.
Tome las comidas principales desayuno, almuerzo y cena, más
tres meriendas diarias de frutas (enteras o licuadas) y lácteos (leche o
yogurt). Así garantiza la energía y los nutrientes necesarios para el bebé.
Recuerde que las necesidades de ciertas vitaminas y
minerales como ácido fólico, hierro y calcio, se incrementan durante el
embarazo. Para cubrirlas, es necesario tomar suplementos en pastillas.
Evite el consumo de alimentos crudos como huevo, pescados,
carnes, etc.
Elimine productos dañinos, tales como alcohol (cerveza, vino
u otra bebida alcohólica), cigarrillo y drogas ilícitas, especialmente
perjudiciales para la embarazada y su hijo. El consumo de alcohol, causa
retardo del crecimiento, anomalías oculares y articulares, retraso mental,
malformaciones y abortos espontáneos.
Disminuye o elimine el consumo de café durante el embarazo.
Los estudios demuestran que la cafeína atraviesa la placenta y puede alterar la
frecuencia cardíaca y la respiración del bebé.
Recuerde lavar muy bien las frutas y vegetales que consume
crudos.
Modere el consumo de sal, recuerde que existen alimentos
procesados que tienen sal, como los enlatados, embutidos, salsa, entre otros.
Practique ejercicio, como caminar y nadar que le ayudan a
mantener el peso.
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Excelente espacio para documentar la importancia de la formación docente. Es necesario que compartamos conocimientos, buenas prácticas, intereses, innovaciones para el mejoramiento continuo de la calidad de la educación.
ResponderEliminarJóvenes docentes con grandes expectativas y real compromiso... eso es el relevo generacional. Juntemos todas las manos de quienes deseamos construir un mundo mejor.